sábado, diciembre 29, 2007

A galope

A mi padre, amante de Leonardo y a quien debo el nombre de Felipe.

(y quien, por cierto, nunca ha leido este blog)




A veces me atacan así, a galope, cuestionamientos que para la mayoría resultan tontos. Me cuestiona, por ejemplo la edad de las estrellas, el destino de las mariposas cuando mueren, o a qué sonaría el canto de una jirafa. Me cuestiona por qué pliego, tantas veces el mismo tema en los modelos, si en tan frecuentes ocasiones quedo contento con “la primera versión” que saco de una figura.


Este es uno de esos casos. He plegado ya varios caballos, buscando uno que diga lo que quiero decir. Y la tarea no ha sido simple pues no soy un diseñador de animales en origami. En mi defensa, he de decir que la mayoría de veces no han sido “caballos” a secas, sino pegasos, unicornios, jinetes, o incluso caballos que nacen de las olas.




Al hablar de animales, se piensa en Román, en Yoshizawa, en Gabriel Álvarez, en Albertino... no en Naranjo, y puede deberse a eso que rara vez encuentre el animal que pide el alma. También puede deberse a que, simplemente, me gustan los caballos. O también, ahora que lo pienso, a que mi segundo nombre es Felipe.


En últimas, pocos animales presentan tanto atractivo como los caballos. Nobles (así los vemos), poderosos (que así lo son), pero sobretodo amigos. No es en vano que Gulliver los prefiera sobre los hombres en uno de esos viajes que la versión que leímos de niños no nos contó a la mayoría.




Ya he hecho varias veces la lista de algunos caballos famosos (Brill, Miyajima, Komatsu, Diaz, Wu, Voyer (diagramas), Saadya, Weiss y Lang). Solo resta esperar a que este que hoy presento pueda entrar, también, a formar parte del panteón equino.


Y ojalá lo haga así, a galope

El libro de mi hermano

Mi familia raras veces aparece en estas soledades. No sé los motivos exactos, pero pocas veces escribo sobre ellos. Y es impresionante. Tengo por padre un hombre renacentista que vino a equivocarse en 500 años de su fecha de nacimiento. Igual un día te habla sobre literatura antioqueña que sobre mitología, igual te habla sobre el comportamiento de los fluidos laminares que sobre la obra completa de Nietzsche. Mi padre es, a todas luces un genio renacentista. En gran parte es a él a quien más debo el amor por el arte (aunque hoy y en muchos casos sean artes bien distintos los que nos gustan). Quisiera también hablar de mi madre (espejo de amores y de sueños), de mi hermana o mi sobrina, de mi nuevo sobrino, o de tantos más. Pero hoy solo hablaré de mi hermano, Nicolás Naranjo Boza, por si las dudas.

Mi hermano (mayor), ha publicado su primer libro. Su primera búsqueda dice él. Es un libro de poemas. Y a mí me ha sorprendido que el primer libro de mi hermano sea un libro de poemas. Me parece sorprendente que aún haya alguien que se atreva a escribir un libro de poemas. Me parece sorprendente que aún haya alguien que se atreva a leer los poemas que otro escribe. ¿Por qué, aún, hay quien escriba versos en estos tiempos de hastío? ¿Por qué, aún, hay quien busque versos en los tiempos de la virtualidad y de la máquina? ¿Por qué…?

Mi hermano ha publicado un libro, en donde algunos poemas se vuelven canción, en donde la intención no es vender, en donde simplemente deja que el alma fluya.
Entonces, me pregunto, si acaso lo que le cuestiono a él no será lo mismo que me pregunto todos los días. ¿Por qué, aún, hay quien pliegue versos en estos tiempos de hastío? ¿Por qué, aún, hay quien busque pliegues en los tiempos de la virtualidad y de la máquina? ¿Por qué…?
No conozco porqués. No conozco de respuestas. Mi hermano (mayor), ha publicado su primer libro. Y yo quisiera que no fuera el último. Y también, porqué negarlo, quisiera poder yo publicar el mío.

jueves, diciembre 20, 2007

Pesebre

La tradición de los regalos navideños es una de esas que disfruto profundamente. Es, también, una de esas que resulta ser un problema cada año. No me gusta dar por dar, quiero dar a cada quien algo único, algo que sea especial, algo que al verlo me diga su nombre. Me siento un poco (cada navidad) como protagonista de un cuento de O Henry. Y eso, sobretodo en estos tiempos en los que no queda tiempo siempre resulta un problema.


La tradición de dar un modelo de origami en navidad es una que comencé hace un par de años, y que quisiera siempre poder continuar, pero esta vez el tiempo no me ha dado un respiro para tener listo este modelo en fechas decentes, lo que me obliga a ponerlo un poco contra reloj, sin palabras bonitas que lo acompañen, solo con intensión. Y este modelo tiene toda la intensión del mundo.


Para descargar los diagramas (con el niño que no aparece en la foto) solo un:












Que vengan buenos tiempos, que vengan tiempos de paz para todos, que venga una navidad de todo el año.


Para todos aquellos que aún quieran plegar algunos modelos de navidad, recuerden que un arbolito, un reno, y un viejo modelo de campana con hojas pueden ser opciones para comenzar.

domingo, diciembre 02, 2007

Duendecillo recurrente

Hace dos años plegué por primera vez una aproximación a este duendecillo. Para quienes no lo conocieron en ese momento dejo el link con lo dicho en ese momento.


En ese tiempo no pude o supe tomar una buena foto. El duende estaba rebelde y simplemente no quería ser fotografiado. Hoy lo comprendo, pues la distribución de capas de papel generaba un color lateral que no era muy atractivo, y no importa si eres un duende de papel o de carne, la apariencia también cuenta.


Hace unos días retorné al modelo, buscando ese otro duende del que tantas veces he hablado. Y, lo encontrado me gustó. Una distribución interesante del papel, con un juego de pliegues que no es el normal para mis modelos, y sin embargo me gusta.



No es mucho lo nuevo que pueda decir sobre los duendes o sobre el modelo. Solo puedo señalar que es curiosa la forma en que abundan ya los duendes en internet. Fabián Correa plegó uno hermoso (especialmente su segunda versión que aún no está en la red), pero pocos son tan buenos como los de Joisel. Incluso yo, años atrás, plegué un par de duendes que enseñé en la web de nícolas (1 y 2).



Hoy, que los tiempos corren, es probable que se haya hecho tarde para mi duende. Eso pasa con los tiempos, que aún para los modelos en papel siguen pasando. Uno a veces se equivoca de tiempos y permite que los modelos se muestren en momentos que no son los correctos, en coyunturas que no permiten que el modelo sea visto. Uno a veces se equivoca de tiempos y crea modelos que debieron ser creados hace 20 años, o modelos para los que aún no existen ojos capaces de ver.


Pero hoy, que empieza la navidad de nuevo, puede ser un buen tiempo para aparecer una vez más.

***


Versión en portugués, Gregorio Vainberg

Duendezinho recorrente

Faz dois anos, dobrei pela primeira vez vez uma aproximação a esse duendezinho. Aos que não o conheceram nesse momento deixo o link com o dito nesse momento.

(Click)


Nesse tempo não pode, ou não soube, tirar uma boa foto. O duende estava rebelde e simplesmente não queria ser fotografado. Hoje o entendo, pois a distribuição das camadas de papel gerava uma cor lateral que não era muito atrativa, e não importa se você é um duende de papel ou de carne, a aparência também conta.

Faz alguns dias voltei ao modelo, procurando esse outro duende do que tantas vezes falei. E gostei do achado. Uma distribuição interessante do papel, com um jogo de dobras que não é o normal para meus modelos, porem, gostei.

Não é muito o novo que possa dizer sobre os duendes ou sobre o modelo. Só posso assinalar que é curiosa a forma em que abundam os duendes na Internet. Fabián Correa dobrou um muito bonito (especialmente sua segunda versão que ainda não está na rede), mais, poucos são tão bons quanto os de Joisel. Incluso eu, anos atrás, dobre um par de duendes que ensinei na web do Nicolas (1 e 2).




Hoje, que os tempos correm, é provável que seja tarde para meu duende. Isso passa com o tempo, que ainda para os modelos de papel, continua passando. Um às vezes equivoca-se de tempos e permite que os modelos se mostrem em momentos que não são os corretos, em conjunturas que não permitem que o modelo seja visto. Um às vezes equivoca-se de tempos e cria modelos que deveram ter sido criados há vinte anos, ou modelos para os que ainda não existem olhares capazes de enxergar.(*)



Pero hoje, que começa o natal de novo, pode ser um bom tempo para aparecer mais uma vez.